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Cogí tu mano y te me quedaste viendo raro.
-¿Qué?... ¿Ahora sí me vas a dar un beso?
- Sabes que no debo
- ¡Sabes que no me importa!
- Nnno sé…
- ¡No quiero tu corazón! nomás se me antojó tu boca…
Maldita alquimia de la separación.
Florentino Verón
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